Hola, me llamo Graciela y soy la cabeza, las manos y el corazón de Pistacho y Avellana.

Estudié Artes Plásticas y Diseño de Interiores en la Escuela de Arte de Oviedo, y tras muchos años dedicándome a algo que no me llenaba, que no dejaba lugar a la creatividad, decidí apostar por mi sueño y dedicarme a lo que realmente me hace feliz.
Las redes sociales fueron el paso para darme a conocer y comprobar que este proyecto podía funcionar.